No te irrites a causa de los impíos ni envidies a los que
cometen injusticias; porque pronto se marchitan, como la hierba; pronto
se secan, como el verdor del pasto. Confía en el Señor y
haz el bien; establécete en la tierra y manténte fiel.
Deléitate en el Señor, y él te concederá
los deseos de tu corazón. Encomienda al Señor tu
camino;confía en él, y él actuará.
Hará que tu justicia resplandezca como el alba; tu justa causa,
como el sol de mediodía. Guarda silencio ante el Señor, y
espera en él con paciencia; no te irrites ante el éxito
de otros, de los que maquinan planes malvados. Refrena tu enojo,
abandona la ira; no te irrites, pues esto conduce al mal. Porque los
impíos serán exterminados, pero los que esperan en el
Señor heredarán la tierra.
Salmo 37:1-9
reflexiones
Con respecto a la vida que antes llevabais, se os enseñó
que debíais quitaros el ropaje de la vieja naturaleza, la cual
está corrompida por los deseos engañosos; ser renovados
en la actitud de vuestra mente; y poneros el ropaje de la nueva
naturaleza, creada a imagen de Dios, en verdadera justicia y santidad.
Por lo tanto, dejando la mentira, hablad cada uno a su prójimo
con la verdad, porque todos somos miembros de un mismo cuerpo.
«Si os enojáis, no pequéis. »No dejéis
que el sol se ponga estando aún enojados.
Efesios 4:22-26
Hay que poner en práctica la palabra
Mis queridos hermanos, tened presente esto: Todos debéis estar
listos para escuchar, y ser lentos para hablar y para enojaros; pues la
ira humana no produce la vida justa que Dios quiere. Por esto,
despojaos de toda inmundicia y de la maldad que tanto abunda, para que
podáis recibir con humildad la palabra sembrada en vosotros, la
cual tiene poder para salvaros la vida. No os contentéis
sólo con escuchar la palabra, pues así os
engañáis vosotros mismos. Llevadla a la
práctica. El que escucha la palabra pero no la pone en
práctica es como el que se mira el rostro en un espejo y,
después de mirarse, se va y se olvida en seguida de cómo
es. Pero quien se fija atentamente en la ley perfecta que da
libertad, y persevera en ella, no olvidando lo que ha oído sino
haciéndolo, recibirá bendición al practicarla. Si
alguien se cree religioso pero no le pone freno a su lengua, se
engaña a sí mismo, y su religión no sirve para
nada. La religión pura y sin mancha delante de Dios nuestro
Padre es ésta: atender a los huérfanos y a las viudas en
sus aflicciones, y conservarse limpio de la corrupción del mundo.
Santiago 1:19-27