No os dejaré huérfanos; vendré a vosotros (Juan 14:18).
Crecí durante la rebelde década de 1960 y me alejé de la religión.
Había asistido a la iglesia siempre, pero no acepté a Cristo como Salvador hasta
después de un accidente, con poco más de 20 años.
Desde entonces, no he dejado de hablarles a otros del amor de Jesús.
Ha sido una verdadera travesía.
Sin duda, «una travesía» describe la vida en este mundo accidentado.
En el camino, encontramos montañas y valles, ríos y llanuras,
carreteras concurridas y senderos solitarios;
es decir, altos y bajos, alegrías y tristezas, conflictos y pérdidas,
angustias y soledad.
No podemos ver lo que está por delante,
así que debemos aceptar las cosas como vienen, y no como desearíamos que fueran.
No obstante, el seguidor de Cristo nunca enfrenta esta travesía solo.
La Biblia nos recuerda que Dios está siempre con nosotros.
No hay lugar adonde vayamos que Él no esté (Salmo 139:7-12).
Nunca nos dejará ni nos abandonará (Deuteronomio 31:6; Hebreos 13:5).
Jesús, después de haber prometido enviar al Espíritu Santo,
les dijo a sus discípulos:
«No os dejaré huérfanos; vendré a vosotros»
(Juan 14:18).Podemos enfrentar tranquilos los desafíos y las oportunidades
que se presentan en nuestro viaje,
porque Dios nos prometió estar siempre presente.
Señor, gracias por caminar siempre a mi lado.
Bill Crowder«La fe nunca sabe adónde va, pero ama y conoce a su Guía».
Oswald Chambers
Juan 14:15-21Reina-Valera 1960 (RVR1960)La promesa del Espíritu Santo
15 Si me amáis, guardad mis mandamientos.
16 Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre:
17 el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce;
pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros.
18 No os dejaré huérfanos; vendré a vosotros.
19 Todavía un poco, y el mundo no me verá más; pero vosotros me veréis;
porque yo vivo, vosotros también viviréis.
20 En aquel día vosotros conoceréis que yo estoy en mi Padre, y vosotros en mí,
y yo en vosotros.
21 El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ése es el que me ama;
y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él.