Testimonios 15


Testimonio de Lupita





Soy una mujer de 37 años, tengo un hijo de 16 años, y mi esposo.
El testimonio, que describo a continuación es obra de nuestro Señor,
ya que me considero que no soy digna de recibir misericordia de Dios.

Mi esposo, padecía de una enfermedad muy común en nuestros tiempos,
un vicio que no lo dejaba en paz, y que poco a poco lo estaba matando.
Junto con mi hijo sufríamos los estragos de tal adicción, no dormía tranquila,
lo vivía insultando ya que consideraba que arruinó mi vida.
Toda culpa caía sobre él, en ese momento sentía que era el ser mas indeseable
en mi vida. Todo y nada era bueno al estar a su lado.

Cierto dia, decidí buscar a Dios, fui a la iglesia buscando una solución a mi
problema, que ese hombre sanara, y cruel se oye muriera.
Pasaba el tiempo y no tenía respuesta a mi problema, pero el problema se iba
haciendo mas pequeño, hasta el punto que hoy en día lo recordamos, pero solo
cuando es necesario, echar un vistazo al pasado y recordar ¿Quienes fuimos?,
y decir ¿Quienes no queremos volver a ser?

No me arrepiento "Haber encontrado a Jesucristo, hijo de nuestro Padre que está en los cielos"
poco a poco lo voy conociendo y cada vez me doy cuenta de cuan grande es su amor por mi,
perdón mi egoísmo, por sus hijos.

Y saben, así como el se acercó a mi vida, me gustaría que otros vivieran esta
experiencia de amor, fe, y esperanza.

Hoy mi esposo "Gracias a Dios ya lleva 6 años de no beber" procuro apoyarlo,
no soy perfecta, cometo errores pero aun así, Dios me da la oportunidad de convivir con
mis demás hermanos de la iglesia, mi familia creció, pues cuento con el apoyo de los hermanos,
y el consejo sabio de las personas que Dios pone en mi camino (Angelitos), no me siento tan
amargada, pido a Dios que me dé paciencia, perdón y misericordia con aquellas
personas que de una u otra forma me han dañado, y El Señor me dé sabiduría para
pedirles perdón si las he dañado.
Pido perdón, y que Dios guarde y proteja a cada una de ellas.

Creo que el vicio de mi esposo era porque tuvo una vida muy dura, y por mi infidelidad,
me duele decirlo, pero es la verdad, muy jóvenes nos casamos, y
comencé a ver las cosas con más peso, resultado desligarme de mi vida, y emprender un
camino sin fin, pobre de mi, no tener rumbo.

Gracias Señor por haberme tomado de la mano,
y refugiarme en tus brazos, me siento tan cerca de ti.

Todo ha mejorado, tenemos trabajo, y un hijo maravilloso.
TE AMO PADRE, POR HABERME RESCATADO DE LAS GARRAS
DE LA INMUNDICIA E INCREDULIDAD.
Eres mi Redentor, Salvador.

Lupita


Este testimonio me fue enviado por la Sra & el Sr Lupita Guadalupe
a través de la página de testimonios/contacto





Convertiste mi lamento en danza; me quitaste la ropa de luto y me vestiste de fiesta,
para que te cante y te glorifique,  y no me quede callado.
¡Señor, mi Dios, siempre te daré gracias!
Salmo 30:11-12